Las bicicletas no son solo para el verano y los protectores solares tampoco. El frío, la lluvia y la ropa de abrigo hacen que nos olvidemos de que el sol es dañino en todas las estaciones del año. En efecto, mientras que en época estival la radiación predominante es la B o rayos UVB, responsable de las temidas quemaduras, en invierno éstos se retiran para dar paso a los rayos UVA, que aceleran la aparición de los signos del envejecimiento. ¡Ojo! Son tan malos los unos como los otros, ya que todos alteran el funcionamiento celular. Moraleja: una buena protección es tan importante como las gafas de sol o la bufanda. No salgas sin ella.

Mineral Defence Sunscreen SPF 30 es el mejor de los escudos. Diseñada con una fórmula tan natural como el sol (al que mantiene firme), esta fantástica crema se convertirá (sin duda) en un must para todo precavido que se precie. Este fantástico cóctel a base de activos anti-rayos, antioxidantes y antiinflamatorios no solo protege de los daños causados por la radiación y los agentes contaminantes, también repara los efectos de la exposición solar prolongada reparando quemaduras y manchitas. El resultado es una piel radiante, rejuvenecida, segura y muy sana.

Por si fuera poco, tiene un acabado sedoso y transparente muy diferente de las pesadas, lechosas y pegajosas texturas tradicionales.