Julio Verne es sinónimo de balas espaciales, globos aerostáticos, submarinos y viajes infinitos, el único capaz de hacernos dar la vuelta al mundo en ochenta días o de zambullirnos veinte mil leguas en el fondo del mar sin movernos del sillón. Su desbordante imaginación nos evoca lugares imponentes, paisajes portentosos y aromas exóticos, como el perfume que lleva su nombre.

Una fragancia imperecedera para el hombre curioso y aventurero.

El olor de un cofre del tesoro elaborado con maderas preciosas y lleno de especias de tierras lejanas, almacenado en un barco que navega en mares inexplorados.

Pruébala y deja volar tu imaginación.