Empezaremos con un aceite limpiador o bálsamo para retirar el maquillaje, la protección solar y el exceso de sebo.
En segundo lugar, aplicaremos un limpiador con base acuosa para eliminar las bacterias, el sudor y las células muertas. Con este segundo paso, retiraremos cualquier resto de impureza y limpiaremos profundamente los poros para dejar respirar a la piel.
Gracias a la doble limpieza, permitimos que los ingredientes activos penetren mejor y funcionen de manera más efectiva.
Mediante la aplicación del peeling enzimático (ácidos de frutas exfoliantes) se bloquean las causas de formación de las manchas, se suaviza la piel y se desprenden las células superficiales opacas, descomponiéndose la melanina y acelerando la eliminación de la hiperpigmentación. Este paso, además, es esencial para mejorar el tono, promover la regeneración celular, acelerar la exfoliación natural, limpiar los poros y equilibrar el pH de la piel.
La combinación del masaje, que estimula la circulación sanguínea, relaja los músculos contraídos y permite que los principios activos penetren profundamente, con los súper poderes de los ingredientes botánicos, que tratan eficazmente la hiperpigmentación, da como resultado una piel uniforme, radiante y brillante.
Los súper poderes de esta mascarilla ayudan a bloquear la producción de melanina en la fuente, interceptando el proceso antes de que tenga la oportunidad de generarse, con el fin de corregir la hiperpigmentación y promover un tono de piel uniforme. Además, contribuye a la renovación celular, aporta una profunda hidratación, ilumina y combate el estrés oxidativo.
Por último, se realiza un masaje revitalizante y se aplica la crema final, ¡un extra de hidratación! La aplicación de la crema hidratante reducirá la contracción muscular y, con ello, la apariencia de las líneas finas, haciendo que tu piel luzca suave y brillante.
