Nunca nos cansaremos de repetirlo, encontrar una base de maquillaje es sencillo, pero encontrar la tuya puede convertirse en una hazaña de dimensiones quijotescas. La primera duda que nos asalta es (obviamente) la textura a elegir, ¿líquida o compacta? (“Ser o no ser”). Quizá pienses que el resultado es (aproximadamente) el mismo, pero te equivocas. Las bases fluidas son más fáciles de aplicar, se funden perfectamente con la piel y consiguen una cobertura perfecta con un resultado impecable.

Si has decidido cambiarte al “estado líquido”, tienes que probar Quinoa Water Foundation. Este maravilloso fondo de maquillaje vegano a base de agua (ligero como una pluma) se desliza perfectamente, aportando un resultado natural sin residuos, efecto-máscara o brillibrillis indeseados. Pero éste no es el único motivo por el que nos ha enamorado, su formulación a base de Grosella negra, fuente inagotable de vitaminas y antioxidantes, y Quinoa, famosa por sus propiedades hidratantes y antiinflamatorias, contribuye a reparar (no solo a tapar) las líneas finas, el enrojecimiento y la pigmentación.

Disponible en 3 tonos:

• Dawn: ideal para las pieles de tono claro a medio.
• Dusk: Ideal para las pieles de tono medio oscuro a oscuro.
• Haze: ideal para las pieles de tono muy claro a claro.

Y tú, ¿tapas o tratas?