Piel Normal
Como hemos indicado, cuando la proporción de sebo y sudor que compone el ‘film hidrolipídico’ es adecuada, disfrutaremos de una piel normal, caracterizada por una apariencia saludable, suave y lisa.
La piel normal es el resultado de niveles equilibrados de hidratación y aceite. En consecuencia, la piel no sufre sequedad o, alternativamente, problemas asociados con una secreción excesiva de las glándulas sebáceas.
La piel normal carece de manchas (o tiene muy pocas), no presenta sensibilidad, sus poros apenas son visibles y sus niveles de hidratación son los adecuados. ¡Un lujo, vamos!
La mejor forma de cuidar una piel normal es tratarla sin dañar su equilibro, no resecarla en el proceso de limpieza ni utilizar productos que puedan hacer que se engrase. Los productos ideales son aquellos ricos en agua e ingredientes que fomenten la retención y preservación de la humedad en la piel (por ejemplo, el Ácido Hialurónico, molécula con una capacidad extraordinaria para retener el agua). También son convenientes los productos que contienen antioxidantes, como la vitamina C, que combaten los radicales libres que dañan la piel y son responsables de su envejecimiento.
Los indispensables para la piel normal:
Si tienes la piel normal y quieres encontrar una rutina que marque la diferencia, te invito a que leas los consejos que te indico a continuación
Doble limpieza
A lo largo del día son muchas las bacterias y la contaminación que se acumulan en la piel, lo que se traduce en envejecimiento prematuro, manchas y brotes acnéicos. Para evitarlo, la doble limpieza es imprescindible. ¿Quieres que te cuente un secreto? Con la doble limpieza conseguiremos que el sérum, la hidratante y todos los productos que nos apliquemos con posterioridad penetren mejor y sean mucho más eficaces.
El método a seguir es muy sencillo:
Empezaremos con un aceite limpiador o bálsamo para retirar el maquillaje, la protección solar y el exceso de sebo. Esta fase termina cuando pasas la prueba del algodón: si no hay resto de maquillaje ni de suciedad, podemos seguir adelante (¡El algodón no engaña!).
En segundo lugar, aplicaremos un limpiador con base acuosa para eliminar las bacterias, el sudor y las células muertas. Con este segundo (e ineludible) paso, se retira cualquier resto de impureza y se limpian profundamente los poros para dejar respirar a la piel. Para asegurar una buena limpieza, masajea el limpiador durante un minuto sobre tu rostro antes de retirarlo. Así, nos aseguraremos de que las toxinas, la contaminación y la suciedad desaparecen por completo y, con ello, evitaremos el envejecimiento prematuro.
Si bien la doble limpieza es imprescindible, únicamente es necesaria por la noche. Por la mañana, una única limpieza es suficiente (¡Pero necesaria!) para que las cremas de día e hidratantes se absorban y penetren mucho mejor. Recuerda que la limpiadora debe equilibrar tu piel, estar libre de sulfatos y otros ingredientes dañinos y ser realizada con mucho cariño.
Tónico
El tónico, además de terminar de retirar todo resto de impureza, aceite o suciedad, aumenta la capacidad de la piel para retener la humedad y mantener la hidratación. Además, equilibra los niveles de pH y permite a la piel absorber mejor los productos que nos apliquemos con posterioridad.
Bruma hidratante
Una bruma hidratante se merece un lugar en tu rutina, al mantener la humedad de tu piel durante todo el día y, con ello, fomentar un cutis radiante. Es ideal utilizarla después de la limpieza o de un largo y agotador día. Además, ayuda a que la piel absorba mejor la crema hidratante que apliquemos con posterioridad.
Contorno de ojos
La piel que rodea el contorno de ojos, al ser más fina y delicada, requiere una crema que ofrezca los mismos resultados que en el resto de la cara, pero en dosis suaves para no irritarla. Al ser una piel tan delgadita, es la primera en mostrar los signos del envejecimiento y, al acumularse los líquidos, suelen aparecen bolsas y ojeras. Por eso es tan importante incorporar en nuestra rutina una crema que cuide de esta zona tan sensible (y visible). Los productos ideales son aquellos que contienen ingredientes antioxidantes que regeneran las células, promueven la formación de colágeno, aclaran la decoloración y restauran la barrera cutánea.
Sérum antioxidante
¿Por qué es tan necesario un sérum? Porque ofrece los ingredientes activos que nos enamoran (y nuestra piel necesita) en su forma más potente. Un sérum antioxidante es la clave en el cuidado de tu piel, el héroe de los súper héroes, la joya de la Corona, la guinda del pastel. Su súper poder radica en proteger tu piel de los efectos perjudiciales de nuestro mayor enemigo: la contaminación. Además, debe ser hidratante, ya que es una de las formas más efectivas de mantener tu piel a raya, exfoliar las células muertas y dejarlas frescas.
Aceite
Desde el nacimiento, nuestro cuerpo produce aceite de forma natural, pero cuando pasan los años la producción disminuye. La piel necesita aceite para conservar un equilibrio saludable y mantener a raya las líneas finas y arrugas. Además, el uso de un aceite facial ayuda a preservar la hidratación y protege la piel del daño ambiental. Es importantísimo que el aceite no contenga ingredientes dañinos (como siliconas) que obstruyan los poros y asfixien tu piel.
Crema hidratante
La incorporación de una crema hidratante en tu rutina de belleza es una de las claves para que tu piel se mantenga sana, tersa y radiante. La crema ha de contener ingredientes que eviten la pérdida de
agua, fortalezcan la barrera epidérmica y actúen como un escudo para proteger tu piel de las agresiones externas.
Mascarilla
Si aún no has incorporado una mascarilla en tu rutina, ¡no sé a qué esperas! Sus súper poderes son infinitos: limpia profundamente los poros (¡Deja respirar a tu piel!), hidrata profundamente (¡Tan necesario!), reduce los signos del envejecimiento (¿Arrugas? ¡No sé de qué me hablas!), disminuye la hiperpigmentación (¡Mi reino por un tono de piel uniforme!) y, si sabemos elegir la adecuada, combate el daño de los radicales libres (¡Nuestros mayores enemigos!). Además, ¿qué hay más relajante que aplicarte una mascarilla? Pues eso…
Exfoliante
La respuesta es clara: la exfoliación es clave en la rutina de belleza, ya que elimina las células muertas, aporta brillo y promueve un tono de piel uniforme. Además, descongestiona y limpia profundamente los poros, permitiendo que tu tez respire y que el resto de los productos de tu rutina penetren mejor. Ingredientes como el Carbón activado, para purificar y absorber las toxinas perjudiciales, la Niacinamida, para protegerte de los efectos dañinos de la contaminación, o las enzimas naturales de la fruta, que desprenden las células que nos sobran, harán de la exfoliación un ‘must’ en tu rutina. Ahora bien, es importante elegir un exfoliante no abrasivo y atender al manual de uso (y disfrute). La exfoliación en exceso puede ser perjudicial para tu piel.
-
Quick ViewSeleccionar opciones
CURA FACIAL DE LIMPIEZA Y DETOXIFICACIÓN
desde: 85.00€ -
Quick ViewSeleccionar opciones
Tratamiento Facial ‘Glow’
desde: 80.00€ -
Quick ViewSeleccionar opciones
Masaje Facial Japonés «Kobido»
desde: 90.00€ -
Quick ViewSeleccionar opciones
FACE SCULPTING YOU
desde: 95.00€ -
Quick ViewSeleccionar opciones
Ritual a tu medida
desde: 110.00€ -
Quick ViewSeleccionar importe
Tarjeta regalo crämm
50.00€–100.00€ -
Quick ViewSeleccionar opciones
Tratamiento anticelulítico y reductor con Maderoterapia
desde: 80.00€ -
Quick ViewSeleccionar opciones
Masaje Holístico
desde: 80.00€ -
Quick ViewAñadir al carrito
-
Quick ViewAñadir al carrito
-
Quick ViewAñadir al carrito
MASAJE TERAPEUTICO TUI-NA
110.00€ -
Quick ViewSeleccionar opciones
Facial ‘Dark Spot’ (Tratamiento Facial Antimanchas)
desde: 80.00€ -
Quick ViewAñadir al carrito
-
Quick ViewAñadir al carrito
-
Quick ViewSeleccionar opciones
FACIAL ACNÉ RECOVERY
desde: 110.00€